domingo, 20 de julio de 2008

¿Alguien dijo The Sopranos?

Cuando Peter Greenaway estuvo en el ZEMOS98 hace un par de años aseguró que los mejores directores de cine, en estos momentos, probablemente no estarían haciendo películas sino que estarían desarrollando videojuegos o websites audiovisuales, y yo añadiría: series de televisión.

La producción de seriales de ficción en televisión tiene una trayectoria de más de cincuenta años en todo el mundo, desde "Misión Imposible" (1966) a "Cristal" (1985), pasando por "Verano Azul" (1981) o "The A Team" (1983). Sin embargo, pese a su impacto generacional y éxito popular, nunca fueron producciones audiovisuales tomadas "en serio", quizá debido a su sonrojante simplicidad argumental y falta de ambición tanto artística como presupuestaria.

Pero un día de 1990 llegó "Twin Peaks" de David Lynch y la cosa cambió. De repente una serie ya no era un culebrón de sobremesa sino que se convertía en una interesantísima película de decenas de horas que, a pesar de tener un estilo, a priori, poco convencional, se convertía en un todo un fenómeno internacional.


Nueve años después se estrenaba en HBO -una especie de Canal+ a la americana, muy importante el dato- "The Sopranos", creada por David Chase. Voy a quemar un buen cartucho, pero es que con esta producción empezaron de verdad a liarla parda. Y es que estamos hablando, a mi parecer, de la mejor serie de todos los tiempos, todo lo demás vendría después. Escribir cualquier cosa sobre esta serie en un blog siempre sabe a poco. Lope Serrano fue quien me la recomendó fervorosamente y me compré la primera temporada -la más tímida de todas- en DVD. Ante la monumentalidad de semejante producto audiovisual lo mejor que se puede hacer es darle una oportunidad, y muy probablemente acabarás llegando hasta el último capítulo de la sexta temporada con la sensación de haber presenciado algo muy grande. Y entender, de paso, por qué leches montamos un taller sobre contenidos en el pasado ZEMOS98.


Siguiendo con las especulaciones que tanto le gustan a Greenaway podríamos preguntarnos: ¿si Dostoievski estuviera vivo hoy, qué habría escrito? Yo respondería que "The Sopranos".

Seguiremos, seguiremos con HBO y Chase en la próxima entrega...

domingo, 13 de julio de 2008

Sigamos

Y después de estos rollos de tabús (1, 2, 3 y 4) ¿este no era un blog sobre contenidos audiovisuales? Pues sí. Pero antes de comentar pelis y videojuegos he pensado que era fundamental poner en contexto nuestros días, ya que el subtítulo del taller fue: «sobre el compromiso narrativo y comunicativo de (y con) nuestro tiempo».

Hace ya bastantes años (¿quizá finales de los noventa?) me impactaron unas palabras de Carlos Saura, ya hice referencia a ellas en un post anterior. Esa idea, con el tiempo, se ha ido haciendo fuerte. Y no sólo en mí, sino en la propia industria. Es más, creo que una de las claves del éxito de ciertas producciones (¿alguien dijo series de televisión?) está en lo que pedía Saura.

Acepté la invitación de Felipe G. Gil para realizar este taller en base a una premisa que me tiene fascinado desde hace algún tiempo: pocas veces sucede, pero resulta que con esto de las series de televisión americanas ("Sopranos", "Lost", "The Wire", etc) el audiovisual está viviendo una edad dorada, en la que tanto la crítica como la audiencia en general están disfrutando como locos de esas producciones, y además a nivel internacional. ¿Y cuáles son los ingredientes de ese éxito? ¿Quiénes son las personas que están detrás? ¿Qué impacto tendrá la fórmula de cara al futuro inmediato?

Pero antes de nada hay que repasar dos cosas muy importantes: (1) el compromiso no tiene por qué implicar el panfleto evangelizador (por ejemplo cierto tipo de cine político o social) ni tampoco tiene por qué ser explícito, es más: lo explicitamente combativo generalmente es contraproducente y (2) la diversión, el entretenimiento o la evasión no tienen por qué ser excluyentes de lo responsable, de lo profundo, es más: es una de las mejores estrategias comunicativas.

¿Y dónde estábamos antes de que llegara "Lost"? Pues por estas tierras, en 2004, estábamos en pleno debate de la caja tonta, de que si la telebasura nosequé, que si televisión pública o privada, etc. Entonces Andrés Hispano, brillante como siempre, escribió eso de que la televisión «merece que se desarrollen modelos de expresión que le sean específicos, aquello que puede ocurrir en la tele mejor que en ningún otro lugar» en su superartículo "Teleculturismo, la televisión mal entendida". Y acertó de pleno...

miércoles, 9 de julio de 2008

Cuarto tabú

Sin lugar a dudas, este es el tabú más tabú de todos. Imagino que porque nos pilla muy cerca. Tan cerca que resulta verdaderamente incómodo. Probablemente el siguiente chiste lo explique muy bien:


Los nuevos feminismos

Los hombres y las mujeres no son iguales. Y sus diferencias no nacen (exclusivamente) de mandatos culturales o roles socialmente impuestos. Estas dos frases tan sencillas son y siguen siendo fuente de batallas interminables.

El gran trabajo realizado en el pasado siglo en occidente por el feminismo (o mejor dicho, por los distintos tipos de feminismos) en su tarea por conquistar la igualdad social de la mujer en un mundo eminentemente masculino ha sido muy importante. Pero hemos cambiado de coyuntura. Las bases sobre las que se construyó su discurso han ido transformándose, evolucionando o incluso algunas se han descartado (como todo en la vida). Y en estos momentos, el gran peligro del feminismo es que siga anclado en unas ideas bienintencionadas pero erróneas, que al final resultan contraproducentes. Y esta responsabilidad de "desaprender" y reconstruir un discurso más complejo, informado y científico es una tarea tan o más importante que la desarrollada hasta ahora.

El feminismo que habita en las instituciones (Instituto de la Mujer, medios de comunicación) está empeñando en igualar, a toda costa, a la mujer con el hombre. Pero esa no es la vía. No se trata de que ellas vayan detrás de ellos a base de cuotas, discriminaciones y diccionarios... se trata de construir un mundo adaptado a sus necesidades, talentos y características. Ése es el reto de los nuevos feminismos para el siglo XXI.

Y como este último párrafo podría dar pie a infinitas interpretaciones, lo mejor será citar a tres autoras que lo explican la mar de bien, a modo de introducción.

Helena Cronin

Conozcan a esta encantadora filósofa en "Redes", en el episodio "La batalla de los sexos" (ver, o mejor descargar), uno de los más bellos y mejor resueltos de la historia del programa en Televisión Española. Con un Punset recién recuperado de un cáncer de pulmón.

Louann Brizendine

Neuropsiquiatra que, como mujer inquieta que es, no quedó del todo satisfecha con los estudios de género y demás feminismos setenteros: necesitaba más respuestas. Ha escrito un libro de aspecto superventas pero que toda mujer debería leer: "El cerebro femenino" (2006). Y, cómo no, ha sido entrevistada por Punset.

Helen E. Fisher

Antropóloga y experta en amor. ¿Magnífico oficio, no? Ha escrito el clásico "Anatomía del amor" (1992) y lleva años iluminando y estudiando eso que tan locos nos vuelve a todos. Su entrañable intervención en 2006 en TED (ver o descargar) no tiene precio. También ha hablado con Punset.

martes, 8 de julio de 2008

Tercer tabú

Y llegamos a mi tabú favorito. O por decirlo de otra manera: al que me tiene más escandalizado y que, por tanto, puede dar más de sí. Tyrexito (aka Mauro Entrialgo) ya lo escribió en Twitter: "El demonio dirá mentiras y verdades juntas para confundirte, recuerdo que le dijo Merrin a Karras".

Miedo, propaganda y autoengaño

En el momento en que caen las grandes ideologías (los grandes sueños y proyectos políticos y sociales) la clase dirigente opta por el miedo para movilizar a la población. En este nuevo milenarismo, en el que acechan el temido terrorismo internacional, la proliferación de ideologías y comunidades de confrontación y la crisis del cambio climático... el acojone y anestesiamiento es lo que cuenta. Y aquí, una vez más, para no perder la costumbre, voy a ceder la palabra a Adam Curtis y su serie documental de la BBC: "The Power Of Nightmares" (2004). Circulan en Google Video las tres partes subtituladas al castellano: primera, segunda y tercera. Y después de ver los vídeos, invito a echarle el ojo a la siguiente portada de "El Periódico de Catalunya" del 24 de enero de 2008:


Tampoco se trata de afirmar tranquilamente que el 11S sea un trabajo de la CIA (que, con muchos matices, podría serlo) ni que todo el jaleo de las verdades incómodas de Al Gore sean un plan de las grandes petroleras para que les financiemos la muy cara transición energética (que, con muchos matices, podrían serlo), sino de observar que las medias verdades y medias mentiras, manipulación informativa, cortinas de humo y chantaje apocalíptico existen desde que existe la humanidad. Porque la pregunta pertinente no debería ser "quién ha sido" sino "quién se beneficia". Y lo peor es que en muchos casos se trata de un problema de chapucerismo y no de conspiraciones maquiavélicas. Ahí reside la clave de todo, la complejidad del asunto: el autoengaño.

"Bush duerme muy tranquilo, se cree un héroe", viene a decir Noam Chomsky en su diálogo con Robert Trivers, quien lleva muchos años explicando cómo el autoengaño es una arraigada estrategia evolutiva de supervivencia (también va en esta dirección el citado libro "La mirada interior" de Nicholas Humphrey). En el momento en que la mentira consciente deja de existir para dar lugar al autoengaño, el pastel resultante es el no-va-más.

¿Pero aquí no habíamos venido a hablar de series de televisión? Ya llegará, ya llegará...

lunes, 7 de julio de 2008

Segundo tabú

Dejemos atrás a nuestros amigos los científicos y hablemos de dineros. Coincidiendo con la llegada del euro (pura casualidad) y la irrupción del intercambio de archivos en internet nace una nueva mentalidad económica, sobretodo para la industria cultural. De hecho, uno de los talleres iba sobre esta cuestión.

Freeconomics, la economía de lo gratuito

En el momento en que el producto (pongamos: música en un CD) deja de ser tangible (un MP3) y por lo tanto tiene un coste cero de fabricación, transporte y almacenamiento, todo cambia. Y aquí es donde el tema de la larga cola y el salto generacional el que hacía referencia en un anterior post toma mucho peso. Freeconomics es un término modernete usado por Chris Anderson (de nuevo) en su "Why $0.00 Is the Future of Business" en la revista "Wired".

Los actores de este segundo tabú son abundantes, variados y en muchos casos están enfrentados. Porque de lo que se trata no es de trabajar gratis o "piratear", sino de reconducir las habituales rutinas de ingresos, cambiando intermediarios, licenciando las obras de una manera más personalizada y controlada, en definitiva: romper ciertos límites del mercado para ampliar la oferta y hacerla social y tecnológicamente compatible con los tiempos que corren. Un caso reciente y paradigmático ha sido la distribución del último disco de Radiohead.

Para estar un poco al loro de todo ello, recomendaría suscribirse a los blogs de Enrique Dans y David Bravo (gurús españoles), no perder de vista la ya citada "Wired", conocer lo que son las Creative Commons y visitar, si tenemos dudas, a los amigos de EXGAE.

Quien mejor acabe gestionado todo este pollo, quien mejor equilibre las cosas, se llevará el gato al agua. Ya estamos tardando.

domingo, 6 de julio de 2008

Una breve historia de la violencia

"Everything you know is wrong" era uno de los lemas de la mastodónitca gira "ZOO TV" de U2. Y también es el título de charla de Steven Pinker (de quien ya he hablado en el anterior post) que, en una fabulosa pirueta, se nos pone a hablar de violencia en TED.com.

Hay que tener en cuenta que Pinker, al igual que la psicología evolucionista, sostiene que el comportamiento humano es el resultado de una herencia compleja de miles y miles de años de evolución, una ensalada entre genes y entorno, que da como resultado unas pautas más o menos previsibles (que no determinantes). Sin embargo, en el siguiente vídeo, explica cómo ciertas políticas y entornos sociales, a corto plazo (siglos), sí pueden alterar aspectos de nuestra vida en relación al uso, por ejemplo, de la violencia física.

Tampoco tienen desperdicio los más de ochenta comentarios que acompañan al vídeo (bajo el reproductor). Todo un escaparate de nuestros miedos más profundos...

Ver vídeo en la web original o descargarlo (en mp4).